Si piensas en los cristianos iraníes en prisión, es posible que te vengan a la mente historias asombrosas de milagros y fe inquebrantable. Pero hay una realidad oscura detrás de los muros de las cárceles en Irán, donde los prisioneros cristianos luchan no solo contra la brutalidad física, sino también contra el silencio ensordecedor de Dios.
Saman y Morad, dos creyentes que fueron encarcelados por su fe, comparten su testimonio desgarrador de cómo sobrevivieron en la oscuridad de la opresión y la tortura, pero a pesar de todo, nunca perdieron la esperanza en la presencia divina.